Los orígenes de los Sabuesos Suizos -Suizo propiamente dicho, de Berna, de Lucerna y del Jura marrón, por un lado y del tipo San Huberto por otro- se entroncan a dos tipos de perros muy antiguos como el San Huberto Blanco para el primer grupo y el San Huberto para el segundo. Por lo tanto, sus orígenes son muy remotos y se enraízan y entrelazan con los de la mayor parte de los sabuesos franceses con los cuales los suizos han tenido nuevamente cruzamientos que han llevado a la fijación de las diversas razas resultantes. Las variedades de pequeño tamano análogamente a los perros franceses, han sido creadas utilizando los ejemplares menos desarrollados de las razas mayores, obteniendo de este modo perros de una talla cada vez más reducida que después, con el tiempo, se han ido fijando adaptándose también al tipo de caza que normalmente efectuaban y a los terrenos por los cuales trabajaban. Más específicamente, alrededor del año 1400, los mercenarios suizos al servicio del Rey de Francia, a la vuelta de sus campañas, llevaron consigo perros de rastro franceses que ciertamente tuvieron gran influencia sobre las razas suizas existentes en aquel tiempo. Se explican así las semejanzas entre los Gascones y el Sabueso de Lucerna, entre el Gascon Saintongeois y el Sabueso de Berna, entre el Porcelaine y el Sabueso suizo. Diferente es la historia del Sabueso del Jura, tipo San Huberto que desciende en línea directa del perro francés más antiguo y conserva de éste muchas de sus principales características.